Cakepops básicos de premio

Va a ser verdad que "la primavera la sangre altera" y ¡más a los niños! Con la llegada de la luz, los días más largos, el tiempo más cálido y bla, bla, bla, nuestros cuerpos se alegran, nuestro espíritu toma vida y bla, bla, bla,... Todo muy bonito, pero nos ponemos muuuuuuuuuuuuuuuy "pesaos" y los niños ¡también!

Igual que a los adultos se nos reduce el apetito porque supuestamente necesitamos menos energía que en los meses de frío (a mí el ansia de dulce no se me reduce nada, todo hay que decirlo), a los niños todo lo bien que comían hasta ahora parece que se les ha olvidado porque les empiezan a cambiar los gustos o a saber qué. Todo lo ganado durante el invierno lo empezamos a perder (levantarse sin quejarse, vestirse solos, comerse todo, ...) a estas alturas del curso les empieza a dar pereza.

Siguiendo las pautas de Super Nanny en las que aconseja reforzar premiando, se me ocurrió prometer una merienda sorpresa para después del cole y ..... ¡acerté!!

Le pregunté a Matilde si me ayudaba a pensar en una receta especial para niños y preparamos unos cakepops super básicos y deliciosos que, no sólo motivaron el buen comportamiento y sirvieron como premio para reforzar las buenas conductas de la semana, sino que fueron devorados. ¡Daba gusto verlo!.

Prometo un paso a paso sobre cómo prepararlos. Publicar sólo la receta me parece un poco tostón de leer y de entender.

Para ganarse el premio había que cumplir una serie de tareas acordadas para cada día de la semana y para hacerlo más real y divertido utilizamos el semanario-premio, que es un habitual en nuestra casa:

Semanario-premio imprimible

Para imprimirlo, sólo tienes que clicar sobre el texto bajo la imagen. 

El nuestro, después de utilizarlo, ha quedado así de mono.

Y como los gomets-corazón los hemos pegado con blutack cada día que han cumplido con el objetivo planteado para esas 24 horas, lo podemos seguir reutilizando las veces que queramos, cambiando la foto del premio y dejando los cuadraditos de cada día vacíos para volver a empezar. O sea que no sólo ha sido útil cumpliendo su función, sino que además ahora nos sirve como elemento decorativo en la habitación.

Ya, nuevamente encauzados, sólo queda esperar la llegada del verano y las vacaciones para que los niños se "asilvestren" del todo y empiecen a correr descalzos y a acostarse tarde... pero eso se disfruta mucho más porque, al menos yo, me apunto con ellos a ese "asilvestramiento". ¿O las vacaciones no son para hacer lo que nos da la gana?

Bss.

Miss Sweet