Le he planteado unas preguntas, cuyas respuestas estoy segura de que os pueden orientar en la búsqueda del centro educativo para vuestros hijos.
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Retrato de Leyre Jiménez realizado por su alumno Álvaro |
¿Qué es lo primero que
deben plantearse unos padres cuando comienzan a buscar colegio para sus hijos?
Ante la llegada de un bebé, los padres comenzamos a hacer preparativos: cunita, ropita, habitación… aspectos sumamente importantes y que alegran y
llenan de ilusión nuestra espera y que
tras la llegada de nuestro hijo, nos resultarán de suma ayuda.
Igualmente indispensable, o incluso más, es planificar y abordar en
pareja cuál va a ser el proyecto educativo que queremos marcarnos de cara a la
educación de nuestros hijos: qué valores les queremos transmitir, en qué aspectos
queremos incidir, en qué cuestiones nos mantendremos firmes, qué aficiones
queremos promover en ellos… Es la familia principal agente educativo y
responsable de todo este tipo de cuestiones pero no debemos olvidar que el
colegio va a ser literalmente la segunda casa de nuestros niños. En él van a
conocer a los que serán sus amigos más queridos, su "profe" más guapa… Es aquí
donde asumirán roles, progresivamente se irán haciendo más autónomos, aprenderán
a vivir en sociedad... y por eso, es indispensable una elección exhaustiva y
acorde a nuestros principios y prioridades en la que va ser una de las
decisiones más importantes de nuestra vida, papás y mamás, y sobre todo, en la
de nuestros hijos.
¿Dónde se puede
encontrar un listado de todos los colegios de una localidad?
En las Delegaciones de Educación de cada comunidad, nos
pueden facilitar la oferta escolar de cada zona. Especialmente interesante es el ranking con los 100 mejores
colegios de España que publica anualmente el diario “El Mundo”. (Podéis descargar aquí el último publicado en marzo de 2013).
No obstante, una vez realizada una primera selección, recomiendo
aprovechar las Jornadas de Puertas Abiertas que los colegios organizan en período
de matrícula. Son una ocasión ideal para visitar in situ las instalaciones, para
comprobar cuáles son los proyectos en
los que está inmerso el centro, para conocer sus premisas educativas, para acerarse
al personal…
Otra opción interesante es visitar la web de cada centro o incluso
solicitar una entrevista personal para recabar información y obtener respuesta
de este modo a todos nuestros interrogantes.
¿Qué posibles preguntas
podemos hacer sobre el programa educativo / oferta educativa?
Es imprescindible tener una idea global de la misión,
visión y valores del centro. Conviene saber en qué proyectos de innovación participa el
colegio, qué metodologías se utilizan, en qué planes o iniciativas se trabaja,
si se utilizan materiales propios…
Es importante conocer el tratamiento que se les da a las
lenguas; si se trata de un colegio bilingüe, plurilingüe… y cuál es el enfoque a la hora de enseñar una segunda lengua
extranjera o al incidir en la lengua materna.
La presencia y uso de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en el centro a día de hoy es
indispensable. Conviene saber desde qué edades los niños tienen contacto con
las nuevas tecnologías, cuál es el equipamiento informático del colegio: ordenadores,
notebooks, pantallas digitales…
La atención que se presta a la diversidad es de vital
importancia; cómo se actúa para detectar y dar respuesta a las características
personales de cada niño. Cómo se
atienden sus necesidades académicas específicas, cómo se incentivan sus
talentos, cómo se acompaña o ayuda a quien necesita reforzar algún aspecto
académico o personal…
El seguimiento cercano del alumnado es vital: ¿Se llevan a cabo sesiones de tutoría
personales y grupales con los alumnos? ¿Con qué frecuencia se reúne el
profesorado con las familias? ¿Cuáles son las vías de comunicación que se utilizan
para estar en contacto directo con los padres: agendas, correo electrónico, web
cam, web del centro…?
Servicios que oferta el centro: comedor, autobús, ampliación de
horarios, “madrugadores”, actividades extraescolares…
Y por supuesto toda aquella información relativa al funcionamiento (horarios, calendario, precios de los diferentes conceptos…)
¿Qué implicación
tienen los niños en esta decisión?
Esta decisión es exclusivamente de los padres. Debe ser una
decisión acorde al proyecto educativo consensuado que queremos para nuestro
hijo.
Sin embargo, no debemos olvidar que el principal protagonista de
este proceso es el niño y como tal, hay que hacerle partícipe del mismo. Conviene durante el verano hablarle del que va ser su colegio. Incluso
se puede visitar con él para conocer de cerca las instalaciones, las zonas de patio,
para ver salir a los niños mayores…
Transmitiremos alegría y entusiasmo ante
esta nueva experiencia e incluso le hablaremos de nuestros momentos felices de
infancia vividos en nuestro colegio. Todos estos aspectos facilitarán su
entrada en la vida escolar.
Si nos equivocamos en la elección y no estamos
contentos con el centro, ¿cuál es el mejor momento para rectificar y buscar uno
nuevo?
Si nuestro centro no nos convence, habrá que analizar con
detenimiento el porqué y qué buscamos.
Si decidimos cambiar, lo ideal es esperar a acabar el curso
escolar para no romper en la medida de lo posible las rutinas y hábitos a las
que nuestro hijo está habituado. Momentos clave de transición son el cambio de etapa; ocasión idónea
para hacer esta reflexión. Es más, podemos
encontrarnos con que diferentes centros se adecúen a las necesidades que
buscamos en las diferentes edades; quizá en los primeros años buscamos un
espacio pequeño y familiar, más adelante quizá prioricemos la exigencia y el
nivel académico, el desarrollo y trabajo de determinadas competencias… Es por esto que si el centro no ha cubierto nuestras
expectativas, convendrá visitar otros teniendo muy presentes nuestras
prioridades.
¿Has tenido algún niño
inadaptado a cuyos padres has debido indicar que debían cambiar de centro a su
hijo?
A lo largo de mi vida profesional me he encontrado con
varios casos de niños o niñas a las que les ha costado adaptarse a la vida
escolar.
La experiencia me dice que cuando hablamos de adaptación, ésta
no sólo se refiere a la del niño. Las familias también requieren de un tiempo
para adecuarse al funcionamiento del centro y el profesorado también necesita
de un período para conocer a su alumnado; las costumbres de cada niño, su carácter, sus gustos,… Mi recomendación es, sobre todo, mostrar como padres confianza en
el centro y en el equipo y tener la convicción de que el niño se queda en un lugar agradable
y seguro que le puede aportar mucho como persona.
Es esencial que los padres muestren una actitud positiva, que superen
la angustia que algunos sienten ante la separación. Hay que entender que
llantos o momentos en los que el niño juega sólo son normales en un principio.
¿O es que nosotros adultos nos adaptamos con facilidad a las nuevas situaciones
y compañías? Y eso teniendo en cuenta que poseemos una serie de habilidades sociales
que nos permiten desenvolvernos con mayor soltura…
La paciencia y el transcurso
del tiempo son indispensables y por supuesto, nuestro sentimiento de culpabilidad, nuestra angustia ante la
separación, nuestras dudas tienen que ser superadas para conseguir que nuestro
hijo supere las suyas. Los padres y el profesorado influyen claramente en los
temores y en la adaptación del niño. Un trabajo coordinado familia-escuela hará
que la adaptación del niño acabe, sin duda, siendo exitosa.
Más en lo personal: Cuéntanos tu experiencia con la escolarización de tus hijos.
Las lágrimas de los primeros días, que las hubo, dieron paso
a multitud de experiencias; al gateo, a los
primeros pasos, a las actividades de estimulación temprana, sabores, olores, garabatos,
balbuceos y primeras palabras… Nos poníamos guapos cada mañana; cómodos pero
guapotes y salíamos de la guarde a la tarde con olor a colonia. Hasta cremita
nos daba Delia para cuidar nuestra piel delicada… Aprendimos a comer trocitos, a
controlar el pipí, kit en mano (sandalias, muda y ropa de cambio…). Nos
enfrentamos a este gran reto: el orinal. ¡Qué gran logro!
Cuántas canciones, cuántos bailes… con qué cariño guardamos aquellos
videos y fotos… las manos llenas de témpera, incluso los pies… Llegaron luego las celebraciones; nuestros cumples con bizcocho de forma de
osito, los de nuestros compañeros, mi indio chiquitín precioso desfilando por
el pasillo y yo… llorando de emoción, de orgullo. Mi panda regordete, que se
comía las hojas de bambú de papel pinocho. Nuestras conversaciones con Maite… con
la psicología que le caracteriza, conocía a sus niños a la perfección. Nuestros primeros amigos; A. Famora, que no Zamora, J. Odriguez,
que no Rodríguez…
De allí pasamos al cole, que este curso cumple cien años; familiar,
con sus escaleras de madera relucientes. Nuestras mascotas: Wifi, Nilo… Nuestra
maleta viajera llena de nuestros objetos más preciados. ¡Cuánto estamos
aprendiendo trabajando de forma cooperativa!
Nuestras letras mayúsculas y luego minúsculas, nuestros números
al revés. No hay sonido ni melodía más preciosa que la de un niño silabeando,
leyendo sus primeras palabras. Ya estamos en la página 36 de nuestro primer
libro de mayores. Las noches, antes de acostarnos, son un verdadero placer.
Nuestros mejores amigos y las amigas nuevas de mamá. Nuestras actuaciones de Navidad, de paje, de
antorchero…
A veces somos el responsable de la clase. LLevamos galletas o
fruta y narramos el cuento que
previamente hemos preparado en casa y cantamos “con las dos manitas cerradas…” a ver quién encuentra el caramelo hoy…
Ya hemos traído a casa nuestro primer examen y nuestros primeros
deberes. ¡Día grande! Todos queríamos ayudar en casa con las primeras tareas.
Y nuestras excursiones. ¡Que nervios! ¡Qué ilusión! Este año por
primera vez dormiremos fuera de casa con los amigos y la profe. Estamos
deseando. Iremos con el saco de dormir.
Las visitas al mercado, a la biblioteca, al buzón de correos a
depositar nuestra felicitación navideña, al parque…
El día de la paloma blanca, la fiesta del cole con pizza, con
halcones y con mago… la fiesta de verano en el monte con globos de agua
incluidos.
El English corner, la sala de saltos y colchonetas. ¡Mañana toca
chándal! ¡Yuuju!! Alguna que otra brechita en la frente y más de una tirita.
Vivimos felices en nuestro cole. Nos sentimos seguros y nos
mostramos confiados. Nosotros, que no
somos precisamente dados a participar en actividades novedosas. Aquí, sin embargo, saludamos con entusiasmo incluso a
nuestros amigos de Secundaria.
Hoy es viernes y nos toca campo de fútbol. Nuestra mayor pasión.
Paquita, Chelo, Izaskun y Aitziber; cecanía y firmeza. Cariño y
sonrisa acompañados de exigencia y de orden. La combinación perfecta.
Y yo me siento tranquila como madre porque las mañanas que les
llevo al cole, les dejo con casi la
misma ilusión con la que les recojo a las cuatro y media con nuestra super
chuli bolsa de la merienda y es que tengo confianza plena en el centro, en su
personal y sé que aquí van a disfrutar y van a aprender un montón. ¡Qué mejor
regalo para mis hijos!
¡Gracias por tu tiempo Leyre!
Nos despedimos por hoy. Contadnos vuestras inquietudes sobre la escolarización de vuestros niños. ¡Estaremos encantadas de contestar vuestras dudas!